flora de la sierra
La Sierra de Guadarrama presenta una elevada diversidad florística favorecida por múltiples factores relacionados principalmente con su ubicación geográfica. Esta posición ha permitido la existencia de unas características transicionales entre la región mediterránea y la región eurosiberiana. En este sentido, la Sierra de Guadarrama ha actuado como refugio de especies de ambientes más fríos que tuvieron una distribución más amplia en el pasado y han desaparecido de los territorios limítrofes.
Además, el acusado gradiente altitudinal de la Sierra de Guadarrama genera una alta variabilidad de factores climáticos y edafológicos en una extensión de terreno relativamente pequeña, lo que produce la existencia de gran cantidad de hábitats. Su aislamiento, como gran cordillera en el seno de la meseta castellana, ha propiciado notables procesos de endemicidad.
Aunque no existen estudios definitivos que permitan calcular exactamente el número de plantas vasculares que habitan en el Parque Nacional, aproximadamente existen unos 1.300 taxones entre especies y subespecies.
hongos
Los hongos juegan un papel fundamental en el funcionamiento ecológico de los bosques. La mayor parte de ellos son especies saprófitas que actúan descomponiendo la materia orgánica animal y vegetal enriqueciendo el suelo e incorporando nutrientes a la cadena trófica. Otros son simbiontes y se asocian con las raíces de determinadas plantas formando micorrizas, permitiendo que estos vegetales puedan vivir en determinados medios, como por ejemplo medios pobres o encharcados. Por todo ello la conservación de los hongos es fundamental para la conservación de los bosques y de los hábitats donde viven.
En primavera y, especialmente, en otoño cuerpos fructíferos (setas) de todas las formas y coloridos posibles asoman en las laderas de la Sierra de Guadarrama. No obstante, se debe tener en cuenta que la recogida de hongos está sujeta una regulación y normativa específica.
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